Castillo Mattasoglio "Me quedo hasta el 2030"
Pese al número de acusaciones de mal manejo de abusos sexuales y de dinero, Castillo dice que se quedará cinco años más
Carlos Castillo Mattasoglio
El arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, presentó su renuncia al Papa Francisco en febrero de 2025, al cumplir 75 años, como lo requiere el código de derecho canónico. Él había comentado a su círculo de confianza que estaba cansado, que no estaba bien de salud, y que quería que el Papa (entonces Francisco) le aceptara la renuncia.
Pero el tono de entonces ha sido reemplazado ahora por el anuncio de que piensa quedarse hasta cumplir ochenta años, es decir, cinco años más.
El contexto
Castillo Mattasoglio, además de una creciente impopularidad entre los fieles, viene enfrentando numerosas acusaciones referidas al mal manejo de casos de abuso sexual y de dinero.
Diversos medios de prensa, en inglés y en español, se han referido a estas situaciones escandalosas. Yo las he reproducido en artículos en los que cito las fuentes textualmente. El primero se refería al caso del abuso sexual y de poder de un sacerdote de la arquidiócesis de Lima; el segundo al de los inexpicables sueldos exhorbitantes para sus colaboradores cercanos, pese a la crisis económica del arzobispado.
Un problema más
Localmente, Castillo Mattasoglio enfrenta otro problema menos conocido internacionalmente: el desmanejo y la crisis económica de la Asociación de Instituciones Educativas de la Arquidiócesis de Lima (AIEC.)
La AIEC fue una creación del Cardenal Juan Luis Cirpiani, antecesor de Castillo Mattasoglio, con la intención de unificar y coordinar, desde una administración central, los aspectos pastorales y administrativos de los numerosos colegios parroquiales de la Arquidiócesis.
Castillo Mattasoglio, en el mundo interno de la arquidiócesis -pero con repercusiones en la prensa local,- es acusado no solamente de haber dilapidado la otrora sólida situación financiera y organizacional dejada por su predecesor, sino que algunos de los beneficiados de su inusual magnanimidad salarial debieron dejar colegios que forman parte de la AIEC.
Internamente, se sabe que Castillo Mattasoglio inmediatamente ordenó una investigación del uso de los fondos de la AIEC apenas tomó posesión de la arquidiócesis. También se sabe que el resultado fue que la administración había sido ejemplar y el manejo económico impecable.
La respuesta-amenaza
Castillo Mattasoglio dio respuesta a la reciente ola de críticas, incluyendo las referidas a la AIEC, -como acostumbra- de manera indirecta, pero clara y hasta desafiante. Fue durante la homilía que pronunció durante una Misa por el Día del Maestro en el colegio católico Santiago Apóstol el pasado 4 de julio.
En la homilía, refiriéndose tanto a los fariseos como a sus actuales críticos, Castillo Mattasoglio dijo:
Siempre hay un grupo aguafiestas, los fariseos… Estos días hemos tenido muchos chismes y mentiras, estamos acostumbrados que nos creen chismes y mentiras y también en la AIEC… Lo importante es cómo vamos en el camino del señor, pero esos aguafiestas enredan las cosas cuando las cosas son muy simples, tanto en la Iglesia de Lima como en la AIEC, especialmente nos hemos reforzado estos años estos por reordenar en forma vigilante, porque había muchas cosas que mejorar, y seguimos, y la tarea de ser vigilantes es una tarea fundamental para observar aquello realmente todos como es que puede marchar aquellos que vivimos como una comunidad educativa y como comunidad eclesial y siempre hemos estado atento a las críticas y muchas veces hemos (hecho) autocrítica (de) errores que hemos cometido y estamos dispuesto a autocriticarnos y corrigiendonos (sic)
Castillo Mattasoglio continuó:
"Pero claro el chisme de los fariseos siempre se quieren a meter a distorsionar porque es verdad que hay corregir nuestros errores y porque aún (hay) muchas cosas que corregir pero no porque estemos escondiendo nada, todo es claro. Entonces tenemos que mantener cómo vamos a mantener las cuentas de todo y de hecho ya el Vaticano tiene las primeras cuentas que hemos encontrado y el esclarecimiento”.
Insinuando que existían malos manejos antes de su administración, en los tiempos del Cardenal Cipriani, Castillo añadió en la homilía -convertida en ese momento en una arenga política e ideológica- que no “hemos hecho lío en la calle” porque se había dedicado a “expandir la pastoral de la Iglesia” y porque no quería ser como “muchos políticos” que “suben y comienzan a pelearse con el anterior."
Y en una no muy críptica referencia a su predecesor y su administración, Castillo soltó una amenaza:
"Aquí no se hace eso y los trapitos sucios no se guardan, los tomamos en cuenta e informamos, en su momento el Señor hará justicia, ya veremos cuando".
Castillo no se va... dice él
En la misma homilía, frente al creciente pedido de dejar el gobierno de la arquidiócesis lo antes posible, Castillo Mattasoglio anunció desafiante:
"Y evidentemente el día que tenga que dejar el puesto será dentro de 5 años porque he recibido del Papa la ratificación como arzobispo de Lima, hasta los 5 años por lo menos, hasta los 80"
Habrá que ver si es cierto que el Papa León XIV le ha garantizado a Castillo Mattasoglio su permanencia hasta el 2030. En todo caso, la promesa no disminuirá ni el malestar con su gestión ni las dudas respecto a su recto manejo de la hoy maltratada economía arquidiocesana.