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En la sociedad del espectáculo, incluso la fe se ve atravesada por la sucia lógica de la validación mediática. A veces coqueteamos con los limitados criterios de este mundo con pretexto de evangelizar nuestro siglo, pero al hacerlo solemos corrompemt el mensaje de Cristo. Al final del día, la bienaventuranza más bella está dirigida a los perseguidos por causa del Evangelio.

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Avatar de Eduardo Martínez Addiego

"Invalorable como involuntaria: el cristianismo que el mundo aplaude siempre es sospechoso, y cuando un sacerdote es querido por todos los anticlericales, por todos los progresistas, por todos los medios hostiles a la Iglesia, debemos preguntarnos: ¿A quién está realmente sirviendo?"

Tomé esta cita porque me parece que termina con una pregunta demasiado general, y "anamatizante".

Aclaro: no conozco NADA de ese P. Ángel y sus Mensajeros de la Paz. Podría ser un verdadero canalla, a quien Dios le pedirá cuentas por desorientar a SU REBAÑO, o peor, por perderlo.

En mi país, Uruguay, hubo un cura a quien la Iglesia -en general- en su momento, no le prestó demasiada atención. Optó por vivir entre la gente de los albañales. Dijo que quería encontrar ENTRE ellos a Jesús. Obtuvo permiso de su obispo. Y allí vivió, sin querer llevar nada, sino aprender a vivir con y como ellos. Un rancho alumbrado con velas de parafina, un camastro, y una mesa/escritorio para encontrar semejanzas al Maestro entre el vecindario.

Viendo la miseria en que todos vivían, llevó adelante el Movimiento por una Vivienda Decorosa. No fue una organización de protesta, sino proponer y encender la llamita para que los vecinos se organizaran y comenzaran a ayudarse para -entre todos- construir hogares más acogedores. Cinco, ocho, cien. No lo sé. Llamó la atención a alguna prensa, y le preguntaban por qué. Él simplemente se refería al texto evangélico: "El Hijo del Hombre no tiene ni una piedra para reposar su cabeza", y que a él, al "Cura Cacho" -más brevemente, "Cacho"- (bautizado Ruben Isidro Alonso), eso que le pasaba a Jesús y a sus vecinos le parecía mal...

¿De qué vivían sus vecinos? Algunos, posiblemente, de la delincuencia. Pero otros, la mayoría- del honrado trabajo de salir, cada día, con un carro tirado a sangre animal (o humana), a recorrer los barrios más pudientes, revolviendo contenedores y tachos de basura, para rescatar mendrugos de pan, una caja con pedazos de pizzas sin terminar, una silla desvencijada, cartones, plásticos o un bidé. Lo que no se comía se intercambiaba o se vendía en una especie de "tienda de los milagros" semanal. Ésos eran los vecinos que Cacho visitaba, para consolarlos, animarlos, hacerles sentir que "El Verbo había puesto su rancho ("su carpa", para ser más fiel al texto original) entre ellos".

Para estos miserables, ocultados en cualquier recorrido turístico de la capital, no había un solo tipo de atención oficial. Cacho pidió a la Intendencia, entonces, que no se les expulsara mientras "requechaban comida", que se les permitiera ir por las calles en sus mismos carros -que estos recolectores-hurgadores se comprometían a mantener aseados, igual que a la bestia (caballo, asno, mula) que los arrastraba, a cambio de que pudieran mostrar una matrícula de empadronamiento. Así, dejaron de ser perseguidos y/o alejados como a los leprosos del tiempo de Jesús.

Las miserias que vivía Cacho se hicieron sentir. Siempre delgado, en aquel ambiente de mucho frío, aguas servidas, y lo que se pueda imaginar, enfermó de cáncer. No quiso dejar a "su gente", hasta que esa misma gente lo convenciera "Vaya a morir en la casa parroquial", a pocas cuadras de ahí.

Cacho falleció a los 63 años. Fue conducido a su destino final en el carro más limpio y "refistoleado" que el barrio nunca haya visto. Lo seguía "su rebaño", el obispo, y muchos curas, monjas y laicos que de alguna forma lo habían acompañado en lo que él había definido como "su conversión personal a Jesus".

En setiembre de 2014, el Card. Daniel Sturla SDB, Arzobispo de Montevideo, abrió el Proceso hacia su Canonización. En febrero de 2017, el P. Ruben Isidro Alonso -Cacho-, fue declarado "Siervo de Dios".

Toda esta historia, para decir que, muchas veces, esos cristianos (simples fieles, o religiosos o presbíteros) que no caminan por los trillos eclesiásticos oficiales, sin recibir aplausos más que de "anticlericales, progresistas y hostiles a la Iglesia", a veces pueden estar más cerca de Jesús que algún encumbrado ministro eclesial.

Esto no lo aplico al mentado Padre Ángel, de quién hoy recién tuve noticias.

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