Las películas “top” del Papa León XIV
Una revista norteamericana recoge los cuatro films favoritos del Pontífice que revelan un alma agradecida
El Papa León XIV recibiendo a Robert De Niro este mes
Según la revista norteamericana Variety, como parte de los eventos del Jubileo de la Esperanza, el Papa León XIV piensa recibir este sábado a un número importante de actores del mundo, muchos de ellos famosos de Hollywood, con el deseo de animarlos a usar sus talentos para la promoción de todo aquello que es bueno, bello y noble.
Camino al evento, por su parte, el Papa ha revelado, en un reciente video producido por Vatican News, sus cuatro películas favoritas: una elección que deja ver la sensibilidad artística y espiritual del Pontífice. No hay en la lista películas contemporáneas ni títulos de moda.
Son en cambio obras que resisten el paso del tiempo porque hablan del alma humana, de su búsqueda de sentido, y de la victoria de la bondad sobre el mal.
Las elegidas del Papa
Estas son las cuatro películas favoritas del Papa
“¡Qué bello es vivir!” (1946) de Frank Capra;
“La novicia rebelde” (1965) —también conocida como “Sonrisas y lágrimas”— de Robert Wise;
“Gente como uno” (1980) —o “Gente corriente”— de Robert Redford;
“La vida es bella” (1997) de Roberto Benigni.
“¡Qué bello es vivir!”: el milagro de una vida ordinaria
Filmada tras la Segunda Guerra Mundial, It’s a Wonderful Life cuenta la historia de George Bailey, un hombre tentado por la desesperanza que descubre, gracias a un ángel, cuánto bien ha hecho sin saberlo.
Frank Capra, inmigrante siciliano y católico fervoroso, creía que el cine debía mostrar “la bondad del hombre común como reflejo de Dios”. Su película fue ignorada en su estreno, pero hoy es un símbolo de la Navidad y de la confianza en la Providencia.
León XIV ha dicho más de una vez que le conmueven “las historias donde la Providencia se disfraza de rutina”. En la trama de Capra se intuye esa teología sencilla: el bien invisible que sostiene al mundo.
“La novicia rebelde”: la alegría como forma de valentía
En The Sound of Music -basada en la historia real de una familia católica austríaca-, la joven novicia María (Julie Andrews) devuelve la fe y la música a una familia austriaca amenazada por el nazismo. Robert Wise filmó una historia de redención familiar que también es un canto a la esperanza frente al totalitarismo.
El Papa León XIV, cuando aún era obispo, escribió: “Hay momentos en que la alegría cristiana es la forma más valiente de decir la verdad.” En ese sentido, María von Trapp encarna la alegría que no huye del mal, sino que lo enfrenta con amor y confianza.
Con una fotografía radiante y una música inolvidable, La novicia rebelde sigue siendo una lección de pedagogía cristiana: la familia y la fe como refugios frente al miedo.
“Gente como uno”: la fragilidad redimida
El debut como director de Robert Redford en 1980 mostró una herida poco explorada: la de las familias rotas no por la violencia directa, sino por el silencio. En Ordinary People, la muerte de un hijo desata una espiral de culpa, incomunicación y necesidad de perdón.
León XIV, al hablar del sufrimiento humano, comentó una vez: “La fe no suprime la herida, pero permite mirarla sin miedo, sabiendo que la gracia puede habitar incluso la culpa.” Esa frase parece escrita para esta película: un retrato íntimo de una reconciliación realista y sin sentimentalismo.
Redford, que hasta entonces era conocido como un actor galán, terminó produciendo como director un verdadero examen de conciencia que impactó en mi generación: la soledad moderna, sin saberlo, anda en busca de redención.
“La vida es bella”: el humor que vence al horror
La cuarta película elegida, La vita è bella de Roberto Benigni, une el horror del Holocausto con el amor de un padre que protege a su hijo con la imaginación.
Benigni, artista inconfundible, sigue siendo un católico convencido. En una entrevista reciente con Avvenire, declaró: “El Papa León me recuerda que la fe no es refugio, sino fuego. Él ve la belleza como un deber: hacer el bien con alegría.”
El film, que ganó tres Óscar, no niega el sufrimiento, sino que lo transforma en una ofrenda. Guido -el personaje principal representado por el mimo Benigni- muere, pero su hijo vive sabiendo que su padre le enseñó a mirar el mal sin rendirse al odio.
Benigni suele repetir una frase del Evangelio que resume su arte: “Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.” Es también la clave para entender por qué La vida es bella sigue conmoviendo a generaciones enteras.
Una mirada de gratitud
Las cuatro películas favoritas del Papa parecen compartir un hilo invisible: la gratitud. No hacia “la suerte” o “el destino”, sino hacia la vida misma, como don de Dios, incluso cuando duele. Capra, Wise, Redford y Benigni —cada uno desde su tiempo y su cultura— muestran que la belleza y la bondad no son formas de evasión, sino valientes respuestas.
El Papa León XIV parece encontrar en ellas un reflejo de su propia mirada pastoral: un cine que no manipula ni “predica”, sino que invita a mirar con compasión. En un mundo donde la desesperanza y el cinismo pretenden ser vendidos como “realismo”, su selección es casi una homilía en cuatro actos.







