Histórico encuentro del Papa con los jóvenes
En el encuentro de Tor Vergata con ocasión del Jubileo de los Jóvenes, León XIV dejó una impresión memorable.
El Papa León XIV este domingo ante más de un millón de jóvenes. Foto: Vatican Media
Ni el agobiante sol del verano romano, ni la inesperada llegada de medio millón más de jóvenes que los calculados, ni la breve lluvia nocturna bajaron el entusiasmo del gran primer encuentro del Papa León XVI con los jóvenes.
En un paradójico clima de gran entusiasmo y profunda reverencia, los jóvenes participaron de la Santa Misa presidida por el Papa León.
"Es asombroso ver cuán grande es la iglesia mundial y cuánta gente está aquí... y está entusiasmada por ver al Papa", le dijo la joven alemana Rita Piendl, de 19 años, al corresponsal de la agencia Reuters. "Queremos difundir esperanza y amor al mundo y realmente queremos marcar una diferencia para bien".
Un mensaje histórico
El Papa León, durante la homilía, pronunció palabras profundas y mensajes interpelantes, que conmovieron visiblemente a los jóvenes. Entre ellas:
"Hemos sido hechos...no para una vida donde todo es firme y seguro, sino para una existencia que se regenera constantemente en el don, en el amor. Y por eso aspiramos continuamente a un “más” que ninguna realidad creada nos puede dar; sentimos una sed tan grande y abrasadora, que ninguna bebida de este mundo puede saciar."
"Hay una inquietud importante en nuestro corazón, una necesidad de verdad que no podemos ignorar, que nos lleva a preguntarnos: ¿qué es realmente la felicidad? ¿Cuál es el verdadero sabor de la vida? ¿Qué es lo que nos libera de los pantanos del sinsentido, del aburrimiento y de la mediocridad?"
"La plenitud de nuestra existencia no depende de lo que acumulamos ni de lo que poseemos, como hemos escuchado en el Evangelio; más bien, está unida a aquello que sabemos acoger y compartir con alegría. Comprar, acumular, consumir no es suficiente. Necesitamos alzar los ojos, mirar a lo alto, a las «cosas celestiales» para darnos cuenta de que todo tiene sentido, entre las realidades del mundo, sólo en la medida en que sirve para unirnos a Dios y a los hermanos en la caridad, haciendo crecer en nosotros “sentimientos de profunda compasión, de benevolencia, de humildad, de dulzura, de paciencia”
"Mantengámonos unidos a Él, permanezcamos en su amistad, siempre, cultivándola con la oración, la adoración, la comunión eucarística, la confesión frecuente, la caridad generosa, como nos han enseñado los beatos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, que próximamente serán proclamados santos. Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos. Entonces verán crecer cada día la luz del Evangelio, en ustedes mismos y a su alrededor".
No te pierdas la homilía completa del Papa León XIV este domingo.