El desafío del Papa León: acabar con la arbitrariedad jurídica
El analista Sandro Magister explica la urgencia de acabar con las mala práctica en el Vaticano de violar sus propias leyes
El Vaticanista Sandro Magister
Como alguien que ha padecido en primera persona el absurdo abuso del aparato jurídico dentro del Vaticano -tanto en su engranaje canónico como en el civil-, sé apreciar de manera especial el reciente análisis de Sandro Magister sobre la enorme “obra de reconstrucción” de la aplicación de justicia que recae sobre el Papa León XIV, canonista de primer nivel y, por tanto, un hombre curtido en leyes.
El problema, sin embargo, no es solo de especialistas: afecta a todos los fieles. Son pocos los que caen en cuenta de que, además del Código de Derecho Canónico que regula la vida de la Iglesia, el Vaticano -como Estado- mantiene también su propio sistema civil y penal. Es ese el que lleva adelante, a trompicones, la investigación de los supuestos delitos de corrupción del cardenal Angelo Becciu, o el que estuvo detrás de los escándalos de los “Vatileaks” en los años de Benedicto XVI.
En los dos terrenos, como subraya Magister, lo que impera hoy es un caos jurídico: fueros que no se respetan, leyes que se aplican al capricho y un debido proceso que se pisotea una y otra vez.
Magister, el analista más serio, culto e independiente que cubre el Vaticano, argumenta, citando el trabajo de dos grandes del derecho en Italia, que la arbitrariedad y el abuso de poder en la aplicación de las leyes no solo tienen víctimas recientes, sino que abren la puerta a algo más grave: que los católicos injustamente tratados terminen recurriendo al fuero civil —es decir, al poder del Estado— para reclamar lo que el fuero eclesiástico les negó: justicia.
Los artículos de Magister aparecen con regularidad en su blog, traducidos a cuatro idiomas. Aquí está la versión completa en español de su último artículo:
Obra en construcción, sobre las ruinas de la justicia vaticana, por Sandro Magister