El Bautismo no se borra
En un documento publicado este Jueves Santo, la Santa Sede recuerda a los sacerdotes que los nombres de los bautizados no pueden ser borrados de los registros parroquiales
Flavio Claudio Juliano (331 - 363) fue el último gobernante no cristiano del Imperio romano. Aunque había sido bautizado, él creía en la restauración del paganismo a expensas del cristianismo, y para simbolizar ese tránsito, se hizo "desbautizar" en una ceremonia en la que se sumergió en una fuente de sangre de toro. Así es como pasó a la historia con el apodo de "Juliano el Apóstata".
El nuevo documento publicado este Jueves Santo por la Santa Sede -cuando los cristianos nos preparamos para renovar nuestras promesas bautismales en la Vigilia Pascual, es una normativa para que los sacerdotes puedan lidiar con los nuevos Julianos del siglo XXI.
El documento
El documento se llama "Nota explicativa del Dicasterio para los Textos Legislativos sobre la prohibición de cancelaciones en el Registro Parroquial de Bautismos" (por ahora solamente en italiano) dice específicamente:
El Derecho Canónico no permite la modificación o cancelación de las inscripciones hechas en el Registro Bautismal, salvo para corregir errores de transcripción. La finalidad de este Registro es proporcionar certeza sobre determinados documentos, permitiendo verificar su existencia real.
Satanismo y ateísmo
¿Por qué es necesaria la "aclaración" de algo tan evidente? Porque en Europa -y ya comienza a hacerse moda en algunos países como México y Brasil- muchos militantes ateos y satanistas han exigido ser "borrados" (a lo Juliano el Apóstata) de los libros bautismales, como "prueba" de que ya no son cristianos, de que fueron bautizados “contra su voluntad”, y quieren dejar en claro que ya no lo están.
Desde el punto de vista sacramental, los católicos sabemos que el bautismo es uno de esos sacramentos que imprimen carácter, es decir, que jamás puede ser "borrado". Hasta el emperador Juliano lo entendió cuando, moribundo, susurró -en aceptación o frustración- "triunfaste Galileo".
Pero quienes no creen en el poder sacramental, consideran que el tener sus nombres en los registros de la Iglesia es una forma de "opresión" y están pidiendo la intervención de la ley.
Esto sería puramente anecdótico si no fuera porque en España, años atrás, el "derecho" de ser borrado de los libros bautismales siguió un largo camino jurídico, antes de ser apenas rechazado por la instancia suprema de justicia.
En Francia y Alemania, en cambio, estos procesos legales están en marcha y parecen encontrar simpatía ante el poder judicial.
En otras palabras, podríamos ver pronto leyes que obliguen a la Iglesia a volver a los registros parroquiales y "borrar" los nombres de los bautizados que así lo desean.
La respuesta del Vaticano
En este contexto entra el nuevo documento, firmado el pasado 7 de abril por el Arzobispo Filippo Iannone, prefecto del dicasterio, pero emblemáticamente publicado por la Santa Sede al inicio del Triduo Pascual.
El documento, que recurre a los respectivos cánones del Código de Derecho Canónico, da un “no” rotundo a los poderes seculares con dos argumentos:
“Por disposición legal, es necesario añadir al Registro de Bautismos cualquier nueva circunstancia relevante señalada por el derecho canónico, lo cual, ordinariamente, debe ser manifestado al titular de la parroquia, como responsable del Registro. Se trata, como ya se ha dicho, de la recepción misma de la confirmación, del orden sagrado, de la celebración del matrimonio, de la profesión religiosa, del cambio de rito y de la adopción. La falta de registro de estos actos impediría la normal y sencilla administración de los sacramentos en la Iglesia, ya que no es una alternativa razonable tener que investigar, de tiempo en tiempo y en casos individuales, la efectiva recepción previa de esos actos sacramentales, que es requisito para la validez de la recepción de otros sacramentos”.
“El Registro de Bautismos no es una lista de miembros, sino un registro de los bautismos que han tenido lugar. Teniendo como único fin el de dar fe de un “hecho” histórico eclesial, no pretende acreditar la fe religiosa de personas individuales ni el hecho de que un sujeto sea miembro de la Iglesia. De hecho, los sacramentos recibidos y las grabaciones realizadas no limitan de ningún modo el libre albedrío de aquellos fieles cristianos que, en virtud de ellos, deciden abandonar la Iglesia”.
Una solución razonable
El documento explica que:
El ‘actus formalis defectionis ab Ecclesia Catholica’ (acto formal de renuncia a la Iglesia Católica) debe agregarse al Registro Bautismal, si es necesario, cuando una persona indica que desea abandonar la Iglesia Católica. Aunque los datos contenidos en los Registros Eclesiásticos no pueden ser cancelados, en consideración a la finalidad del propio interés y de todos los sujetos implicados, a simple petición del interesado se permite agregar sus manifestaciones de voluntad en este sentido en el ámbito de una audiencia de renuncia.
El problema es que los grupos de ateos militantes así como los satanistas no se conforman con esta solución. Exigen la eliminación total de sus nombres, más para humillar a la Iglesia que para explicitar el abandono de ella, considerando que los registros bautismales no son documentos públicos. Es decir, nadie puede ir a una parroquia y decir "¿Por favor, me podría mostrar si la persona tal o cual ha sido 'desbautizada'?"
Pero si en algún país la ley termina obligando a la Iglesia a "borrar" los nombres, la Iglesia acaba de trazar la línea en la arena. No lo vamos a hacer.
Gracias, Hermano Alejandro. Es triste que el mundo que nos está tocando vivir esté tan ciego y no se de cuenta que de verdad están siendo manipulados y les están quitando su identidad. “Dios cambia su corazón de piedra, por uno de carne” Amén. Hermano Alejandro: Dios le siga iluminando su camino y llene de bendiciones 🙏🏻
¡Que locura, luego van a querer "desconfirmarse" luego "descasarse" etc. Que abandonen la Iglesia, que se vayan a otras religiones, pero no van a dejar sin efecto el sacramento que recibieron.!!! Al final ellos se lo pierden...!