De lágrimas a legado eterno: el rugido de la viuda Kirk
Erika, la esposa del asesinado activista cristiano conservador Charlie Kirk, con la sencillez de una mujer de fe lanza un mensaje histórico
Erika, la joven viuda de Charlie Kirk muestra la cruz al salir de orar ante el cuerpo de su esposo
Erika Kirk, una joven mujer de fe, criada católica y ella misma una polemista con talla propia, esperó a que fuera anunciada la captura del activista transgénero que asesinó a su esposo, Charlie Kirk, para pronunciar un discurso a la nación que no solo pasará a la historia como uno de los mejores ejercicios de retórica; sino que mostró tanta entereza como espíritu auténticamente cristiano de perdón hacia el asesino, y hacia los miles de progres envenenados y espiritualmente enfermos que celebraron la temprana muerte de su esposo a los 32 años.
Esta es la primera versión completa en español de las palabras pronunciadas el 12 de septiembre desde el estudio donde Charlie emitía su podcast, llegando a casi cinco millones de seguidores.
Habla Erika Kirk:
Buenas noches. Me llamo Erika Kirk. Charlie Kirk es mi esposo.
Antes que nada, quiero agradecer a las fuerzas del orden locales, estatales y federales que trabajaron incansablemente para capturar al asesino de mi esposo y llevarlo ante la justicia. Quiero agradecer a los socorristas que lucharon heroicamente para salvar la vida de Charles, y a la policía que actuó con valentía para asegurar que no hubiera otras víctimas en esa terrible tarde.
Quiero agradecer a los agentes que han protegido a nuestra familia de Turning Point USA estos dos últimos días. Y quiero agradecer a la junta directiva de Turning Point USA, al director de operaciones, Justin Streiff, y al jefe de personal de mi esposo, el increíble Mikey McCoy, por todo su trabajo en estos días terribles para brindar estabilidad a nuestra familia y también a la familia de Turning Point USA en general. Mi corazón está con cada uno de los empleados de mi esposo que perdieron a un amigo y mentor.
Quiero agradecer al equipo de este increíble "Charlie Kirk Show", que lo ayudó a transmitir desde este estudio, esta silla todos los días. Le encantaba. Amaba lo que hacía.
Quiero agradecer a los millones de personas que han demostrado su cariño por Charlie aquí en Phoenix, en todo Estados Unidos y en todo el mundo. Quiero agradecer al querido amigo de mi esposo, el vicepresidente Vance, y a su fenomenal esposa, Usha, por su amor y apoyo. Ustedes honraron a mi esposo al traerlo a casa. Ambos son extraordinarios.
Quiero agradecer al presidente Trump y a su increíble familia por lo mismo. Señor presidente, mi esposo lo amaba. Y él sabía que usted también lo amaba. Y lo amaba. Su amistad fue increíble. Usted lo apoyó tanto como él lo hizo por usted.
Hace dos días, mi esposo, Charlie, fue a ver el rostro de su Salvador y su Dios. Charlie siempre decía que, cuando muriera, quería ser recordado por su valentía y su fe, y en una de las últimas conversaciones que tuvo en esta tierra, mi esposo dio testimonio de su Señor y Salvador, Jesucristo. Ahora y por toda la eternidad, estará al lado de su Salvador, luciendo la gloriosa corona de mártir.
Charlie amaba, amaba la vida. Amaba su vida. Amaba a Estados Unidos. Amaba la naturaleza, lo que siempre lo acercaba a Dios. Amaba a los Chicago Cubs. Y, ¡madre mía!, ¡cómo amaba a los Oregon Ducks! Quería que yo dijera "¡Vamos, Ducks!", y así lo tengo que hacer, ya que juegan el sábado. Así que, ¡Vamos, Ducks!
Pero sobre todo, Charlie amaba a sus hijos. Y me amaba con todo su corazón, y yo lo sabía. Todos los días lo sabía. Él se aseguraba de que lo supiera todos los días. Todos los días me preguntaba: "¿Cómo puedo servirte mejor? ¿Cómo puedo ser un mejor esposo? ¿Cómo puedo ser un mejor padre?". Todos los días.
Es un hombre tan bueno. Sigue siéndolo. Fue el padre perfecto. Fue el esposo perfecto. Charlie siempre creyó que el plan de Dios para el matrimonio y la familia era absolutamente asombroso, y lo es. Lo es, y fue la mayor alegría de su vida. Y una y otra vez, les decía a todos estos jóvenes que vinieran a encontrar a su futura esposa, a convertirse en esposas, esposos y padres. Y la razón es que quería que todos experimentaran lo que él tuvo. Y aún tiene.
Quería que todos trajeran el cielo a esta tierra a través del amor y la alegría que proviene de criar una familia. Es hermoso.
Charlie siempre decía que si alguna vez se postulaba para un cargo —sé que muchos de ustedes preguntaron si alguna vez lo haría—, pero en privado me dijo que si alguna vez se postulaba, su máxima prioridad sería revivir la familia estadounidense. Esa era su prioridad.
Uno de los versículos bíblicos favoritos de Charlie era Efesios 5:25: «Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella». Mi esposo dio su vida por mí, por nuestra nación, por nuestros hijos. Demostró el amor supremo y verdadero de un pacto.
Nunca jamás tendré palabras para describir la pérdida que siento en mi corazón. Honestamente, no tengo idea de qué significa todo esto. Sé que Dios sí, pero yo no. Pero Charlie, cariño, sé que tú también. Sé que tú también. También nuestro Señor.
Y nuestro mundo está lleno de maldad. Pero nuestro Dios, chicos, nuestro Dios es tan bueno. Es tan increíblemente bueno. Y sabemos que para quienes aman a Dios, todas las cosas obran para bien, para quienes son llamados conforme a su propósito.
Ya he visto la efusión mundial de amor por mi esposo. He escuchado los testimonios de personas a quienes mi esposo inspiró a casarse, a formar familias, a buscar una relación con Dios. Es lo más importante, lo más importante de todo.
Los malhechores responsables del asesinato de mi esposo no tienen idea de lo que han hecho. Mataron a Charlie porque predicaba un mensaje de patriotismo, fe y del amor misericordioso de Dios. Todos deberían saber esto: si antes pensaban que la misión de mi esposo era poderosa, no tienen idea. No tienen idea de lo que acaban de desatar en todo este país, en este mundo. No tienen idea.
No tienen idea del fuego que han encendido en esta esposa. El llanto de esta viuda resonará en todo el mundo.
Otro transgénero que saca a relucir su odio hacia la Iglesia.
Que Dios lo tenga en su Gloria, extraordinario hombre de fe y bueno, mucha fuerza y consuelo De Dios para su Familia...